Nadie cuestionó su talento, su buen gusto y su delicado-estricto
carácter. Sin duda, Gabrielle ‘Coco’ Chanel fue una revolucionaria cambiando
conceptos establecidos. Gabrielle lo logró y si no hubiera sido por ese
carácter de hierro, su legado no sería lo que es hoy en día. ¡Ah! la“belle
époque”, periodo de oro y abundancia estética, de glamour y éxito social, de
intelectualidad y economía estable…
pero Grabielle no siempre tuvo la riqueza económica, lo interesante es
voltear la moneda y saber que Gabrielle fue un ser sumamente triste y
solitario, enojona y estricta con su creatividad plasmada en sus colecciones.
Gabrielle era un ser que había que complacer… o nada. Según
Edmonde Charles-Roux, Chanel se había convertido en una persona tirana y muy
solitaria en sus últimos años.
Su lado oscuro es fuerte: espía nazi en la 2ª. Guerra
mundial, anticomunista y se dice que hasta antisemita fue. Afirmaba odiar la
política y evitaba a toda costa entrar en dicho tema, sin embargo, los intereses
personales y económicos la obligaron a revelar y dar información a los alemanes.
Coco se vendió, traicionó a su patria, traicionó a sus mentores… pero salvó su
firma. Se enamoró del enemigo y se protegió. No la cuestionamos, su talento es
innegable, pero ¿hasta dónde es capaz el ser humano de venderse? Todos tenemos
un precio. Sus últimas palabras fueron “Bon , c'est comme ça que l'on meure" (Bueno, así es como
uno se muere).
Si gustas profundizar más en el tema, Hal Vaughan publicó un libro sobre los días de espía nazi de nuestra querida de Coco
Sacrée Coco.
Kiss kiss, bang bang!!
Ilustración: Alexsandro Palombo